Sobre el Habito

 

   El acto de chuparse el dedo se considera como una actividad normal y natural para los niños. Su origen viene de un acto reflejo de mamar fuertemente, lo cual es indispensable para la supervivencia del niño. Como los bebés chupan para poder alimentarse, esto les genera sensaciones orales agradables, algunas de las cuales relacionadas con la satisfacción del hambre, la intimidad y la ternura. En muchos casos, a medida que el niño crece, el o ella encuentra métodos diferentes para recibir el mismo tipo de satisfacción emocional. Sin embargo, algunos niños buscan formas para continuar la experiencia inicialmente necesaria y agradable de alimentación mamaria (ya sea del pecho materno o de un tetero), formando así el hábito de chuparse los dedos, especialmente el pulgar. Si no se elimina este hábito al llegar a cierta edad, podría llegar a impedir el desarrollo físico, emocional y social del nuño. Los estudios científicos recientes, así como las directrices de una institución dental de renombre en los Estados Unidos indican que los niños deberían dejar este hábito entre los tres y cuatro años de edad. Esto contradice a las reglas generales de los dentistas infantiles que sugieren que el hábito se debe eliminar antes de que comiencen a salir los dientes permanentes (entre los cinco y seis años).

Otro estudio publicado recientemente sugiere que la práctica de chuparse los dedos se elimine antes de que ocasionar daños permanentes a la abertura de las encías. Esto ocurre por lo general entre los tres y cuatro años de edad.

La succión prolongada y enérgica del pulgar puede alterar profundamente el desarrollo de la boca y de la posición de los dientes en las mandíbulas. A medida que se empuja hacia arriba el paladar, este se estrecha y mueve hacia arriba, alterando la forma de morder. Esta deformación dental y de la lengua generalmente causa defectos en el habla, como la inhabilidad de pronunciar ciertos sonidos. Para corregir este tipo de problemas se requerirán trabajos de ortodoncia intensivos, los cuales no solo conllevan tiempo y dinero, sino que son desagradables, si es que el hábito no se elimina en el momento apropiado.

Otros problemas relacionados con la succión del pulgar son:

El aumento del riesgo de contagio de enfermedades infantiles como consecuencia de estar constantemente tocando cosas y poniéndose los dedos en la boca

La posibilidad de retrasar la aceptación social del niño debido a que los que tienen el hábito de chuparse el dedo son percibidos como nenés que en muchos casos no son aceptados o son objeto de burla por parte de sus compañeros (2)

Para aliviar la ansiedad debida a encuentros competitivos con otros niños u otras situaciones similarmente desagradables, el niño por lo general recurrirá a chuparse el dedo como forma de retirarse, en lugar de resolver el problema.

Es importante recordar que si se elimina el hábito de chuparse el dedo a una edad temprana, la mayoría de los problemas enumerados anteriormente tienden a resolverse en forma natural por sí solos, incluyendo la forma de las mandíbulas y la posición de los dientes. En otra investigación se sugiere que “la corrección natural de la desfiguración causada por chuparse los dedos está relacionada no solamente con el grado de desfiguración, pero también con la funcionalidad de los labios y la lengua, así como de otros músculos periorales”. (1)

 

SOURCES:
1. "Damage to the primary dentition resulting from thumb and finger (digit) sucking", Journal of Dentistry for Children. Nov-Dec 1996.
2. "Influence of thumb sucking on peer social acceptance in first-grade children", Pediatrics. April, 1994.
3. American Academy of Cosmetic Dentistry. "Thumbsucking - stop it early." Feb. 1, 1999.
(Available upon request.)
 
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